No lloró, exactamente. Pero sus ojos se humedecieron. Y la voz de Carlos Del Toro se quebró el miércoles cuando llegó el momento de que el secretario de la Marina se despidiera de los marineros agrupados en la cubierta del USS Boxer en la Bahía de San Diego.
Los rebeldes hutíes han estado disparando misiles a los buques de guerra estadounidenses en el Mar Rojo, incluidos los barcos de San Diego. Todos los ataques han sido repelidos. Del Toro considera que todo esto es un escándalo.
“Nuestra Armada no ha sido atacada de esa manera desde la Segunda Guerra Mundial”, dijo Del Toro, cuyo mandato como secretario terminará a principios de enero, cuando Donald Trump se convierta en presidente. Segundos después, con una voz más suave y llorosa, agregó: “Sepan que hasta el día de mi muerte, los llevaré a todos en mi corazón y en mis oraciones siempre. Dios los bendiga”.
Fue un momento de nudo en la garganta que provocó vítores de los marineros que habían estado disfrutando de una despedida por lo demás ligera y a menudo divertida para Del Toro, quien ha presidido a los 900.000 del personal civil y en servicio activo de la Armada durante los últimos tres años y medio.
No se detuvo a hablar de los desafíos de la Armada, incluido el mantenimiento de sus barcos en buen estado. El despliegue del Boxer en el Indo-Pacífico tuvo un mal comienzo a principios de este año debido a problemas mecánicos en curso.
En cambio, Del Toro compartió alegremente el centro de atención con un invitado inesperado, el ex gobernador de California Arnold Schwarzenegger, quien fue homenajeado por su largo apoyo al ejército estadounidense.
El secretario no pudo evitar estar consciente de la popularidad de Schwarzenegger. Muchos marineros sostenían copias del último libro del actor, “Be Useful: Seven Tools for Life” (“Sé útil: siete herramientas para la vida”). Esperaban que el actor de 77 años se diera vuelta hacia ellos, lo que hizo, mezclándose con la multitud para firmar autógrafos.
En un momento, se alejó del grupo solo para girar la cabeza hacia los marineros y decir su frase característica de “The Terminator” (“¡Volveré!”). Se escuchó otra ovación.
Al igual que Del Toro, Schwarzenegger también se tomó el tiempo el miércoles para hablar sobre cómo se convirtió en ciudadano estadounidense y cómo eso cambió el curso de su vida. Del Toro nació en Cuba, Schwarzenegger en Austria.
Schwarzenegger comenzó con algunos chistes ligeramente obscenos, luego se puso serio.
“Es gracias a ustedes que este país pudo florecer y convertirse en la nación más grande del mundo”, dijo a los marineros.
“Nada de lo que he logrado en mi vida hubiera sido posible sin Estados Unidos”, continuó. “Estados Unidos me dio la oportunidad de ser campeón de culturismo. Estados Unidos me dio la oportunidad de ser una estrella de cine. Estados Unidos me dio la oportunidad de ganar millones de dólares. Estados Unidos me dio la oportunidad de postularme para gobernador del gran estado de California.
“Todo es gracias a Estados Unidos”.
Luego, Del Toro dio un paso adelante, reconoció que está en sus últimos momentos como secretario de la Marina y habló de lo que ha visto y lo que ira.
“Conocemos los desafíos que enfrentamos aquí en el Pacífico, en lo que respecta a tratar de disuadir a China de invadir Taiwán y garantizar que la soberanía de todas las naciones del Pacífico se respete de la manera que debe ser”, dijo.
“Eso es lo que hacen las naciones aliadas. “Estoy orgulloso del historial que hemos construido —ustedes y yo— a lo largo de estos últimos tres años y medio para fortalecer las alianzas y asociaciones con nuestros aliados y socios asiáticos en el Pacífico”.
Original Story
Navy secretary to San Diego sailors: ‘I will carry all of you in my heart’
