El 24 de agosto de 1986, tuve un matrimonio arreglado en la India, que se logró gracias a una presentación de un amigo de la familia que conocía tanto a la familia de mi esposo como a la mía. El 13 de julio de 2024, mi hija tuvo un “matrimonio arreglado” en San Diego, que fue orquestado por la popular aplicación de citas Hinge, famosa por su algoritmo de emparejamiento ganador del Premio Nobel.
Cuando la gente nos pregunta a mi esposo y a mí cómo nos conocimos, a menudo se sorprenden y se quedan boquiabiertos cuando descubren que tuvimos un matrimonio arreglado. Es posible que se imaginen que me llevaron al altar sin querer, obligada a casarme con un hombre al que nunca había conocido antes del día de nuestra boda. Me divierte lo equivocadas que son estas percepciones.
Se podría argumentar que todos los matrimonios son arreglados hasta cierto punto. Ya sea que estén orquestados por las familias, facilitados por amigos o iniciados a través de aplicaciones de citas modernas, el proceso implica una serie de arreglos y presentaciones.
Habiéndome criado en una familia bastante progresista en la India de los años 80, no estaba sujeta a las normas de género tradicionales. Mis padres me alentaron a asistir a instituciones mixtas; en el Instituto Indio de Tecnología de Madrás, fui la única chica en una clase de posgrado de 40 chicos. Viajaba con mis amigos, vestía ropa occidental e incluso conducía una motocicleta, una rareza en la India hace 45 años. Por eso, fue una sorpresa para mis amigos cuando decidí tener un matrimonio arreglado. “¿Por qué involucrar a tus padres y a tu familia en la decisión sobre tu pareja de vida?”, preguntaron. Les dije que la opinión de mi familia había sido invaluable en todas las decisiones importantes que había tomado en mi vida hasta ese momento. Entonces, cuando llegó el momento de tomar la decisión más importante de mi vida, elegir una pareja de vida, ¿por qué los excluiría?
En los matrimonios concertados en la India, la armonización de los antecedentes económicos, culturales y familiares se considera importante para la estabilidad marital. Las dos familias de un futuro matrimonio comparten información, lo que culmina en una reunión entre los futuros novios, que suele celebrarse en la residencia de la novia. A la pareja se le da la oportunidad de conversar y familiarizarse entre sí.
En esta etapa, no existe la obligación de aceptar la propuesta; la chica o el chico pueden rechazarla si perciben una falta de compatibilidad. Esto sin duda suena más razonable que “El amor es ciego”, un popular reality show de Netflix, visto durante más de 6 mil millones de minutos el pasado mes de marzo, en el que las parejas se recluyen en cubículos durante cuatro semanas y no se ven hasta después de comprometerse.
La razón por la que muchos matrimonios concertados tienen éxito me quedó clara cuando me topé con una clase de marketing impartida por el profesor Baba Shiv en la Universidad de Stanford durante el fin de semana de los padres en 2007. El profesor Shiv comparó un matrimonio por amor con una cartera secuencial y los matrimonios concertados con una cartera simultánea. En los matrimonios por amor, se examinan a los posibles socios uno tras otro a través de citas, y se toman decisiones antes de pasar al siguiente candidato. El proceso de quedarse o seguir adelante a veces puede abarcar muchos años de citas. La elección simultánea implica evaluar a varios socios potenciales al mismo tiempo y tomar decisiones basadas en la comparación de todas las opciones disponibles.
Presenta una visión integral de todas las opciones, lo que facilita la toma de decisiones mejor informadas en las que participa toda la familia. Curiosamente, este enfoque es paralelo a las aplicaciones de citas modernas, que presentan muchos socios potenciales simultáneamente, lo que permite a las personas evaluar y comparar opciones de manera similar.
¿Este artículo defiende los matrimonios concertados? No. Sin embargo, al reflexionar sobre mi propio matrimonio concertado y el matrimonio concertado de mi hija con Hinge, no puedo evitar reírme. ¿Quién iba a decir que nuestras humildes tradiciones familiares recibirían un giro del siglo XXI con la ayuda de un algoritmo ganador del Premio Nobel? La próxima vez que alguien me mire sorprendido cuando mencione mi matrimonio concertado, simplemente sonreiré y diré: “Bueno, parece que incluso Silicon Valley está de acuerdo en que un pequeño arreglo no es tan mala idea después de todo. Y si funciona para 28 millones de s de Hinge, ¿quién soy yo para discutirlo?”
Mudaliar es una educadora jubilada y miembro del Consejo Asesor Comunitario de The San Diego Union-Tribune. Es la fundadora y expresidenta de House of India y vive en Carmel Valley.
Original Story
Opinion: Arranged marriages happen in U.S., too. But it’s not what you think.
